dilluns, de juny 26, 2006

Pròxima restauració de l'església de Sant Miquel


El Gobierno de Aragón, el Arzobispado de Zaragoza y el Ayuntamiento de Valjunquera firmarán un convenio de colaboración económica para llevar a cabo la primera fase de la restauración de la iglesia parroquial dedicada a San Miguel, cerrada desde hace dos años por su evidente estado de deterioro.Este templo necesita una reparación urgente de la cubierta que, desde hace tiempo, se encuentra apuntalada para evitar su hundimiento. A lo largo de las paredes se suceden graves problemas de humedad, agravados por las grietas que han ido apareciendo en los techos y en las capillas.Al principio se instalaron unas vallas metálicas en la nave lateral izquierda que impedían el paso de los feligreses. Sin embargo, en junio de 2004 se tomó la decisión de proceder al cierre definitivo hasta que no se solucionaran las deficiencias, dado el riesgo que podía implicar el desprendimiento de parte de la estructura. Desde entonces, las celebraciones litúrgicas han sido trasladadas a la ermita de la Virgen de la Piedad e incluso, durante las fiestas patronales, se han realizado en la calle.Todas las imágenes han sido retiradas a la sacristía y protegidas con plásticos, al igual que los bancos, que se amontonan en la nave central. Los días de intensa lluvia se han llegado a recoger hasta treinta calderos con el agua que se filtran al interior de la iglesia y, de hecho, en muchos puntos se han colocado cubos y trozos de periódico para absorber la humedad.
El alcalde, José Escrig, señaló que uno de los elementos que peor se conservan en esta edificación -construida a mitad del siglo XVIII- es la cubierta. De esta manera, la actuación de mejora se centrará tanto en este espacio como en el cimborrio. En su opinión, este templo "fue bombardeado durante la Guerra Civil, cuando resultó afectado el tejado". Desde entonces, ha ido arrastrando complicaciones arquitectónicas.
Las obras de rehabilitación podrían comenzar en septiembre, gracias al convenio de colaboración. En virtud a este acuerdo, el Ejecutivo autónomo aportará 90.000 euros; el Arzobispado de Zaragoza -diócesis a la que pertenece la comarca del Matarraña-, 200.000; y el Consistorio, 6.000. Este dinero se centrará en la primera fase de las tres que precisa la restauración completa. La segunda intervención iría destinada a la fachada y a la torre campanario y la tercera, al interior.
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